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Bienes culturales y naturales

Costa Rica cuenta actualmente con los siguientes lugares declarados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco:

Reserva de la cordillera de Talamanca-La Amistad/Parque Internacional La Amistad
Bien natural inscrito en 1983, extensión en 1990.
Este bien es compartido con Panamá Panamá
Localización: Provincia de San José, Cartago, Limón y Puntarenas (Costa Rica) / Provincias de Bocas del Toro y Chiriquí (Panamá)
La ubicación geográfica de este sitio excepcional de Centroamérica –que conserva huellas de las glaciaciones de la Era Cuaternaria– ha facilitado el contacto entre la flora y la fauna de América del Norte y América del Sur. La mayor parte de la superficie de esta región, habitada por cuatro tribus indígenas distintas, está cubierta por bosques lluviosos tropicales. La conservación del sitio es objeto de una estrecha cooperación entre Costa Rica y Panamá. (UNESCO/BPI)[1]
Parque Nacional Isla del Coco
Bien natural inscrito en 1997, extensión en 2002.
Localización: Provincia de Puntarenas
Situada a 550 km del litoral costarricense, la Isla del Coco es la única de la zona tropical del Pacífico Oriental que posee un bosque húmedo tropical. Es un laboratorio ideal para el estudio de los procesos biológicos, debido a su ubicación en el primer punto de contacto con la contracorriente norecuatorial y a sus múltiples interacciones con el ecosistema marino circundante. Los fondos marinos del parque nacional son famosos y muchos submarinistas estiman que son los mejores del mundo para observar especies pelágicas de grandes dimensiones, como tiburones, rayas, atunes y delfines. (UNESCO/BPI)[2]
Área de Conservación Guanacaste
Bien natural inscrito en 1999, extensión en 2004.
Localización: Provincia de Guanacaste y Provincia de Alajuela
Inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en 1999, este sitio se amplió posteriormente, para abarcar la zona de Santa Elena, una zona suplementaria de 15.000 hectáreas perteneciente a un particular. El área de conservación posee hábitats naturales importantes para la preservación de la diversidad biológica. Entre ellos figuran los mejores hábitats de bosque seco de toda la región que se extiende desde Centroamérica al norte de México, así como otros que son esenciales para la conservación de especies animales y vegetales, raras o en peligro de extinción. En este sitio tienen lugar procesos ecológicos de gran importancia, tanto en el medio ambiente terrestre como en el costero y marino. (UNESCO/BPI)[3]
Asentamientos cacicales precolombinos con esferas de piedra de Diquís
Bien cultural inscrito en 2014.
Localización: Provincia de Puntarenas
Este sitio se halla al sur del país y abarca cuatro zonas de vestigios arqueológicos, ubicadas en el delta del río Diquís, que se consideran testimonios excepcionales de los complejos sistemas sociales, económicos y políticos imperantes en el periodo comprendido entre los años 500 y 1.500 de nuestra era. El sitio comprende túmulos, áreas pavimentadas, sepulturas y, en particular, toda una serie de esferas de piedra de 0,7 a 2,57 metros de diámetro cuya fabricación, utilización y significación siguen constituyendo en gran parte un misterio hasta nuestros días. La notable peculiaridad de esas esferas estriba en la perfección de sus formas, así como en su número, tamaño y densidad, y también en el hecho de que se hallan en sus emplazamientos primigenios. La circunstancia de que estos vestigios permanecieran enterrados durante siglos bajo gruesas capas de sedimentos puede explicar que hayan logrado salir indemnes del saqueo de que ha sido víctima la gran mayoría de los sitios arqueológicos costarricenses. (UNESCO/BPI)[4]
Localización del Patrimonio de la Humanidad en Costa Rica
* Sitio compartido con Panamá


Lista indicativa

La inscripción en esta lista es la primera etapa para cualquier futura candidatura. Costa Rica, cuya lista indicativa fue revisada por última vez el 30 de enero de 2003,[5]​ ha presentado los siguientes sitios:

Parque Nacional Corcovado y Reserva biológica de la Isla del Caño

Bien natural

Propuesto en 2003

Anteriores candidatos a Patrimonio Mundial

Los sitios que siguen estuvieron anteriormente en la lista Indicativa, pero fueron retirados o rechazados por la UNESCO. Los sitios que aún se incluyen en otras entradas en la lista Indicativa o que fueron aceptados y son parte de sitios del Patrimonio Mundial no se incluyen aquí.[6]

Imagen Nombre Año Tipo Descripción
Iglesia Colonial de San Blas 1980−1980 K
Iglesia de Orosi 1980−1980 K
Monumento Nacional de Costa Rica 1980−1980 K Monumento Nacional en la capital San José
Teatro Nacional de Costa Rica 1980−1980 K
Ruinas de Ujarrás 1980−1981 K
Hacienda Santa Rosa 1980−1981 K
Parque Nacional Arqueológico de Guayabo de Turrialba 1980−1984 K
Región ferroviaria San José-Limón 1994−1996 K

Patrimonio cultural inmaterial

Actualmente Costa Rica tiene un elemento inscrito en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial:

La tradición del boyeo y las carretas
Bien inmaterial inscrito en 2008 (originalmente proclamado en 2005).
La tradicional carreta de bueyes es el tipo de artesanía más famoso de Costa Rica. Desde mediados del siglo XIX, las carretas de bueyes eran utilizadas para transportar el grano de café desde el valle central de Costa Rica, en las montañas, a Puntarenas, en la costa del Pacífico. Un viaje requería de 10 a 15 días. Las carretas de bueyes tenían ruedas sin radios, un híbrido entre el disco usado por los aztecas y la rueda de radios introducida por los españoles, para avanzar en medio del fango sin atascarse. En muchos casos, las carretas de bueyes eran el único medio de transporte de una familia y simbolizaban su estatuto social.

La tradición de pintar y engalanar las carretas comenzó a principios del siglo XX. Originalmente, cada región de Costa Rica tenía su propio diseño, lo que permitía identificar el origen del boyero por los motivos pintados en las ruedas. A principios del siglo XX, flores, rostros y paisajes en miniatura empezaron aparecer al lado de los motivos que representaban estrellas puntiagudas. Se organizaron concursos anuales para premiar a los artistas más creativos, costumbre que aún perdura hoy día.

Cada carreta de bueyes se fabrica para producir su propio “canto”, un carillón único producido por un anillo del metal que golpea el cubo de la rueda cuando la carreta traquetea por los caminos. Cuando las carretas de bueyes se convirtieron en motivo de orgullo individual, se las construía con mayor cuidado, seleccionando las maderas de mejor calidad para producir los mejores sonidos.

Las carretas variopintas y ricamente engalanadas de hoy se parecen poco a los vehículos originales rectangulares, con un cuadro de caña y toscamente labrados y cubiertos de cuero sin curtir. En la mayoría de las regiones de Costa Rica, los camiones y los trenes han substituido a las carretas como principal medio de transporte, pero éstas siguen siendo símbolos fuertes del pasado rural del país, y aún ocupan un lugar importante en los desfiles y las celebraciones religiosas y profanas.

Al convertirse la mayoría de las carretas en un medio de transporte obsoleto, se ha reducido la demanda de carretas, y por tanto también ha disminuido en las últimas décadas el número de artesanos que dominan la técnica para fabricarlas y decorarlas. (UNESCO/BPI)[7]

Véase también Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Referencias

Enlaces externos

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